Me gustaban...

Bueno, este es el primer título que tendrá mi blog. Digo que es el primero porque lo más probable es que lo cambie cuando me aburra jajaja. Es una historia un poco graciosa. La verdad es que muy poco, tal vez solo sea una historia. En el 2010 (creo) mi hermana Michelle comenzó a interesarse más por la repostería y en especial por hacer los tan lindos y famosos cupcakes. La cosa es que empezó a buscar recetas por internet y llegó a hacer la suya propia mezclando varias de estas y el resultado fue realmente bueno y va mejorando cada día. Se emocionó tanto haciendo y practicando que hacía todas las semanas hasta que decidió hacer para vender en el colegio. Ahí es cuando se desato la bestia. La frecuencia de uso del horno era cada vez más alta gracias a las bandejas de cupcakes jajaja. No todos esos cupcakes eran vendidos, como deben imaginar, no todos quedaban lindos y presentables para la venta, por lo que trágicamente debían quedarse en la casa... y alguien debía comerlos, y pronto... ya que la crema de ese entonces no duraba mucho en buen estado. Eran tan ricos! Esa masita esponjosita, ese olor, esos colores, la crema y ese relleno!, son una unión perfecta, es como comerse un pedacito de nube con una parte de arcoiris. Con mi mamá quedábamos llenas de crema casi todos los días. A veces no era solamente uno... sino dos o tres. Eran tan llamativos!, algo nuevo y maravilloso en nuestra vida jaja. (y no es broma). Bueno, después de... tal vez un millón de cupcakes que entraron en mi boca... empecé a aburrirme lentamente de ellos, hasta el extremo de que ya no me gusta comerlos. Se que son muy ricos!, lo se... pero ya no puedo. Solo en casos extremos los como, a veces solo un pedacito y en muy raras ocasiones me como uno entero. Hoy fue una de esas extrañas ocasiones... Tenía hambre. No tenía ganas de cocinar, y ahí, en la mesa... estaban en su cajita, mirándome. Y lo digo literalmente... el que finalmente me comí estaba mirándome!, era uno de frankenstein, y tenía ojos jaja. Bueno, esa es la historia. :) Igual me gusta verlos, pero ya no comerlos D: siento como si mi capacidad de cupcakes se hubiese saturado. Pero aún así me gusta que la gente los coma, porque son muy bonitos y hacen feliz a la gente jaja.

Acá está ese atractivo cupcake...